Presentación
sábado, 29 de septiembre de 2012
viernes, 28 de septiembre de 2012
Poema de mi idiotez
Estoy desesperado porque no llueve
porque Dios se olvidó que Darío calla si no llueve
estoy marihuano
siento en el estómago alacranes y fósforos de guerra
espero suicidarme cuando acabe el cigarrillo
ahí va...
Voy llegando a cualquier encrucijada
las glándulas arreglan sus ropas para el viaje
voy a vivir al otro lado
también hay cine
y la cerveza es sangre de las vírgenes
Dios necesita un compañero loco
que le ayude a ponerse sus manoplas
y lo lleve cuando ebrio a su buharda.
Me voy en el bus del infierno
no quiero morir sin comer mandarina
con yodo y con alambre
sin comerme un buho asado al calor de unos brazos.
No me gusta el frente de las casas
No me importan los avisos de Neón ni sus maridos.
Hablo con mi boca
fumo con mis ojos
No quiero ver mujeres con los brazos lelos
porque Dios se olvidó que Darío calla si no llueve
estoy marihuano
siento en el estómago alacranes y fósforos de guerra
espero suicidarme cuando acabe el cigarrillo
ahí va...
Voy llegando a cualquier encrucijada
las glándulas arreglan sus ropas para el viaje
voy a vivir al otro lado
también hay cine
y la cerveza es sangre de las vírgenes
Dios necesita un compañero loco
que le ayude a ponerse sus manoplas
y lo lleve cuando ebrio a su buharda.
Me voy en el bus del infierno
no quiero morir sin comer mandarina
con yodo y con alambre
sin comerme un buho asado al calor de unos brazos.
No me gusta el frente de las casas
No me importan los avisos de Neón ni sus maridos.
Hablo con mi boca
fumo con mis ojos
No quiero ver mujeres con los brazos lelos
Darío Lemos
jueves, 27 de septiembre de 2012
Carta al juez
Erase que se erase un poeta joven que terminó muy pronto; érase que se érase
también un juez joven, sin estola, sin impertinentes, sin martillo. Para mí es una
necesidad orgánica escribir, la única manera de comunicarme con las personas que
ahora son lo que me determina. A mi esposa escribo poemas largos y negros, a mi
hijo Boris pequeños poemitas muertos, y como esta trilogía está en sus manos, y
usted es mi "consciente", voy a escribirle, no como a juez, sino como a persona.
"Hasta cuando estaré confinado en estos tristes arrabales del pensamiento más
vulgar? . A esta hora los presidiarios cantan y sus cicatrices brillan como estrellas
que perdieron su control en el espacio; y yo miro las rejas oxidadas que me
separan del mundo de los hombres felices que viven bajo el sol, y mi alma se
asfixia como una mariposa lanzada por ventiladores; tengo la sensación de no
haber sido nunca o haber muerto de un momento a otro.
Yo no entiendo el mecanismo de los códigos pero un concepto puro de "el
hombre" me dice que no debo ser llevado a la oscuridad donde los condenados
esperan una fecha lejana para realizarse, para mirar el cielo y sentir que Dios
existe. La "justicia" ha sido inventada por el hombre, pero "lo justo" nace con
el hombre. La justicia es necesaria mientras la mirada de estos delincuentes natos,
con quienes convivo ahora, tenga ese brillo opaco que denuncia almas perdidas,
sin conciencia. ¡Yo tengo demasiada conciencia para vivir limitado por muros!
Mi espíritu tiene alas muy largas y la vida me parece bella. ¡Merezco vivir! Estos
delincuentes que caminan y duermen conmigo en este infierno me hacen com-
prender que la sociedad está enferma, que la sensibilidad lleva a la persona a los
más complicados laberintos de donde sólo, escapan aquellas que tienen capacidad
de comprender "lo bello". Aquí sólo miro cáscaras y cicatrices porque no me
atrevo a levantar la cabeza para encontrar que el cielo todavía es azul, mientras
este cuerpo delgado habite en este lugar pequeño rodeado de vulgaridad. Pero lo
que más me duele, doctor es sentir que no me pertenezco, no soy mío, soy de mi
pequeño y dulce Boris, un niño de carne tibia y perfumada que me ha sacado de
un vacío profundo donde estaba hundido, cuando la angustia existencial apretó
con sus tentáculos mi mente que comenzaba a leer. Mi libertad es de mi hijo
porque él compensará el trauma de mi infancia. Porque yo era un nene sonámbulo
y nervioso que azotaban, y mis padres ignorantes no tenían la culpa de destruir su
embrión aniquilando mi naturaleza. Pero la compensación llegó cuando mi hijo
hacía ejercicios en el vientre de mi esposa que ahora llora como un venado
extraviado en la soledad.
Usted comprende que mi mundo no es éste y confío en que pronto lanzará mi
espíritu a la luz.
también un juez joven, sin estola, sin impertinentes, sin martillo. Para mí es una
necesidad orgánica escribir, la única manera de comunicarme con las personas que
ahora son lo que me determina. A mi esposa escribo poemas largos y negros, a mi
hijo Boris pequeños poemitas muertos, y como esta trilogía está en sus manos, y
usted es mi "consciente", voy a escribirle, no como a juez, sino como a persona.
"Hasta cuando estaré confinado en estos tristes arrabales del pensamiento más
vulgar? . A esta hora los presidiarios cantan y sus cicatrices brillan como estrellas
que perdieron su control en el espacio; y yo miro las rejas oxidadas que me
separan del mundo de los hombres felices que viven bajo el sol, y mi alma se
asfixia como una mariposa lanzada por ventiladores; tengo la sensación de no
haber sido nunca o haber muerto de un momento a otro.
Yo no entiendo el mecanismo de los códigos pero un concepto puro de "el
hombre" me dice que no debo ser llevado a la oscuridad donde los condenados
esperan una fecha lejana para realizarse, para mirar el cielo y sentir que Dios
existe. La "justicia" ha sido inventada por el hombre, pero "lo justo" nace con
el hombre. La justicia es necesaria mientras la mirada de estos delincuentes natos,
con quienes convivo ahora, tenga ese brillo opaco que denuncia almas perdidas,
sin conciencia. ¡Yo tengo demasiada conciencia para vivir limitado por muros!
Mi espíritu tiene alas muy largas y la vida me parece bella. ¡Merezco vivir! Estos
delincuentes que caminan y duermen conmigo en este infierno me hacen com-
prender que la sociedad está enferma, que la sensibilidad lleva a la persona a los
más complicados laberintos de donde sólo, escapan aquellas que tienen capacidad
de comprender "lo bello". Aquí sólo miro cáscaras y cicatrices porque no me
atrevo a levantar la cabeza para encontrar que el cielo todavía es azul, mientras
este cuerpo delgado habite en este lugar pequeño rodeado de vulgaridad. Pero lo
que más me duele, doctor es sentir que no me pertenezco, no soy mío, soy de mi
pequeño y dulce Boris, un niño de carne tibia y perfumada que me ha sacado de
un vacío profundo donde estaba hundido, cuando la angustia existencial apretó
con sus tentáculos mi mente que comenzaba a leer. Mi libertad es de mi hijo
porque él compensará el trauma de mi infancia. Porque yo era un nene sonámbulo
y nervioso que azotaban, y mis padres ignorantes no tenían la culpa de destruir su
embrión aniquilando mi naturaleza. Pero la compensación llegó cuando mi hijo
hacía ejercicios en el vientre de mi esposa que ahora llora como un venado
extraviado en la soledad.
Usted comprende que mi mundo no es éste y confío en que pronto lanzará mi
espíritu a la luz.
Darío Lemos
Yo no creo que el amor muera
Yo no creo que el amor muera. Cuando es sólo enamoramiento se pasa la memoria
como jugando a contar cuentos, cuando el enamorado cree que será el único
objeto amado. Pero si el centro afectivo giró toda una época gris y a veces amarilla
en torno a un mismo cuerpo, a una misma manera de ser así, es imposible que
desaparezca la presencia de un amor que fue como movimiento de alas, arriba para
ver el mundo como lo único que roba la felicidad al feliz. Tanto amor queda en las
cicatrices que el alma va tomando un color negro de boca cerrada, y no hay
manera de escaparse de la muerte.
Cómo olvidar el combate de las pieles en veranos claros y oscuros inviernos?
No me busques a través de otra forma porque sólo así, cansado y repelente, serio
y morados los ojos como las uvas que nunca comimos juntos pero que fueron
completamente consumidas, sólo así habrá en tu espíritu el camino que buscaste
como un animalito de carne.
Darío Lemos
martes, 25 de septiembre de 2012
Los irreverentes
Darío Lemos, Juan Gustavo Cobo Borda, Eduardo Escobar y Juan Manuel Roca. |
Habla Darío Lemos
Portada del libro de Víctor Bustamante: Darío Lemos, Cuando el poeta muere. |
Entrevista a Darío Lemos por Reinaldo Spitaletta.
Ahora que puedo no sólo mirar sino "ver"...
Ahora que puedo no sólo mirar sino “ver” desde mi cama
las aguas de un mar sin sal y sin ahogados;
ahora que puedo guardar esas montañas en el bolsillo
donde guardaba los cigarrillos amargos;
ahora que ya casi viajo donde el animal tiene que viajar,
voy a mirarlo todo con sonrisa de armonía sangrante,
voy a ponerme nuevamente la pierna derecha,
voy a poner un serrucho en cada encía
y voy a “vivir” hasta que muera.
Y posiblemente amaré las mañanas
y nuevamente algún crepúsculo peinará mis cejas.
¿Crees alma mía que este cuerpo fatigado y rebelde,
medio cuerpo que antes fuera armónico,
quiera soportar más esta tierra deslucida y cruel?
¿O mi cuerpo agrietado permanecerá eterna tea?
¿Llegarán los vientos como las argollas
que llegaban a mi niñez de pececito sabio
a refrescar los latigazos de bambalina
con que mis padres y sacerdotes españoles
castigaban mi manera de mirar azul?
las aguas de un mar sin sal y sin ahogados;
ahora que puedo guardar esas montañas en el bolsillo
donde guardaba los cigarrillos amargos;
ahora que ya casi viajo donde el animal tiene que viajar,
voy a mirarlo todo con sonrisa de armonía sangrante,
voy a ponerme nuevamente la pierna derecha,
voy a poner un serrucho en cada encía
y voy a “vivir” hasta que muera.
Y posiblemente amaré las mañanas
y nuevamente algún crepúsculo peinará mis cejas.
¿Crees alma mía que este cuerpo fatigado y rebelde,
medio cuerpo que antes fuera armónico,
quiera soportar más esta tierra deslucida y cruel?
¿O mi cuerpo agrietado permanecerá eterna tea?
¿Llegarán los vientos como las argollas
que llegaban a mi niñez de pececito sabio
a refrescar los latigazos de bambalina
con que mis padres y sacerdotes españoles
castigaban mi manera de mirar azul?
Darío Lemos
Yo soy Darío Lemos
Yo soy de nombre y apellido dariolemos. Todo el mundo cree que dice
una gran verdad cuando declara que existe.Yo digo para contrariar la
verdad que yo no existo. Mido 1,76 en verano y 1,78 en invierno. Soy la
dimensión de las estaciones. A veces, cuando no tengo que pensar, mido
por kilómetros la angustia y la inutilidad de vivir.
Visto simplemente, sin exageraciones, con un formidable desdén por la moda. Tengo chaqueta de aviador que nunca estuvo en la guerra.
Vivo de la poesía, o mejor, la poesía vive de mi. Nunca tengo dinero, ni me interesa. Tengo en cambio abundantes amigos que pagan por mí en tributo a mi genio y a la amistad que les concedo por minutos, pues nadie es digno de mi compañía.
Las mujeres se derriten de deseos bajo este sol tropical, porque yo cobro las miradas y los besos a precios muy altos y generalmente en dólares.
¿Qué más puedo decir de un poeta excepcional como yo?
Bailo rock and roll cuando la marihuana relaja mis músculos… De noche, cuando la ciudad duerme, me provoca asaltar a los ciudadanos, abofetearlos y gritarles que van a morir que desocupen la soledad, esos dominios de la poesía en los que me paseo como un emperador.
En síntesis, soy un poeta sin antecedentes, y no dejaré sucesores. Conmigo nace y muere la poesía. No diré otras cosas porque no duermo esta noche.
¡Ah, se me olvidaba decir que no amo a nadie, y que nada me interesa!
Visto simplemente, sin exageraciones, con un formidable desdén por la moda. Tengo chaqueta de aviador que nunca estuvo en la guerra.
Vivo de la poesía, o mejor, la poesía vive de mi. Nunca tengo dinero, ni me interesa. Tengo en cambio abundantes amigos que pagan por mí en tributo a mi genio y a la amistad que les concedo por minutos, pues nadie es digno de mi compañía.
Las mujeres se derriten de deseos bajo este sol tropical, porque yo cobro las miradas y los besos a precios muy altos y generalmente en dólares.
¿Qué más puedo decir de un poeta excepcional como yo?
Bailo rock and roll cuando la marihuana relaja mis músculos… De noche, cuando la ciudad duerme, me provoca asaltar a los ciudadanos, abofetearlos y gritarles que van a morir que desocupen la soledad, esos dominios de la poesía en los que me paseo como un emperador.
En síntesis, soy un poeta sin antecedentes, y no dejaré sucesores. Conmigo nace y muere la poesía. No diré otras cosas porque no duermo esta noche.
¡Ah, se me olvidaba decir que no amo a nadie, y que nada me interesa!
Dario Lemos
Esas hojas hijo que vimos hoy en el parque...
Esas hojas hijo que vimos hoy en el parque son
de caucho
Te digo ésto para no hablarte dolorosos cuentecitos
Prefiero que el cielo te posea
Ya no sé que hacer de tanto amarte
En tí no opera la cosmología
Esas tetillitas rosadas nunca morirán
Eres de jabón.
La cantidad de alambre que envuelves es infinita.
Tu rostro es un paisaje
Sabes a perejil
Hueles a mamey
Miras como Rimbaud
Llevas en la nariz a Dios
Tienes siete años amarillos
Inventaste la risa
y vuelas
Darío Lemos
Nota: Este poema no aparece en ninguno de los libros de Darío Lemos. Fue tomado de los cuadernillos publicados en los años 80 por la Biblioteca de la Universidad de Antioquia bajo la dirección de Gustavo Zuluaga, con un tiraje de 200 ejemplares.
Documental sobre Darío Lemos.
Documental realizado por el director Víctor Gaviria sobre el Gran Poeta Nadaista Darío Lemos, con O.
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