Presentación

Blog dedicado a recuperar la obra de Darío Lemos, dado el olvido histórico por parte de los antologistas del nadaísmo. Actualmente se prepara la publicación de una antología con la obra poética de Darío Lemos, Poeta Maldito.

martes, 16 de octubre de 2012

Darío Lemos a Gonzalo Arango

Gonzalo:
       Cuando usted creyó que esa era la Gloria Desapareció la herida de mi
estómago. Y es que tenemos diferentes maneras de celebraciones. El nadaísmo,
ese barco que se deslizaba sin pena y sin gloria, cumplió sus diez años como
todas las cosas. Y he aquí, que sus ojos no eran grandes como imaginaban mis
contemporáneos.
       Usted descubrió su pie sin zapatos, descubrió su cuerpo y todos los
esperanzados miraron aterrados que su cuerpo no tenía las huellas de esa
guerra que no fue roja ni amarilla ni fría ni caliente. Tampoco guerra.
       Usted tuvo miedo de pararse al lado de ese presidente, junto a un metro. Si
mide el presidente más que usted, el problema está en los zapatos.
       Usted no es un traidor porque la traición tiene que tener traicionados y
los nadaístas no han sido verdaderamente traicionados. Los nadaístas han sido
flagelados con un cuero demasiado blando, su látigo de harina. Usted celebró
los diez años del Nadaísmo no acostado en el mar, sino parado en la cubierta
de un barco en el mar.
       ¡Yo ofrecí al Nadaísmo mi estómago estallado! Toda esa vida vivida
en prisiones, sanatorios, parques, droga bendita y yerba maldita, todos esos
incendios que me fabriqué han estallado ahora abriendo un enorme boquete en
el bolso interior, en el estómago, y la clínica se llenó de cigarrillos ya fumados,
de noches acostado en aceras, mi vómito sagrado hacía extrañas figuras en las
paredes y los médicos corrían temerosos de verse obligados a salvarle la vida a
un nadaísta.
       Y lancé ese parto de úlcera, y guardé en mis manos el píloro inflamado
y mi carne podrida para lanzarla a las bellas cabezas de mi generación. Pero
usted no estará en mi cena, en la cena de mi pedazo de estómago. Usted se
envenena con la sangre de un poeta.
       Su bautismo estuvo en el barco Gloria, el agua de su bautismo es agua
sucia. Usted sabe que dariolemos nunca aceptó el mismo paisaje, o los ojos que
miraban su paisaje.
       Usted no es un traidor porque usted no ama. Amílkar U gatea, los brazos
en el suelo y no mira. Jotamario cambia de color en las camisas y color en
el rostro, saluda a todas las personas como si fueran Arango, y no quiere ni
comer pepinos vinagres en esta vida. Eduardo Escobar siente ahora que
sus gafas son pequeñas, quisiera ser enviado a la luna, su pecho se agiganta
y necesita dinero para una metralleta. Elmo Valencia no quiere más muertes.
Los nadaístas fabrican ahora otro cielo. Usted está mareado y su mareo no es
de pájaro marino. Su mareo es de espantapájaros. Y nosotros vamos hacia el
norte buscando los jardines de piedras, sin dólares en el bolsillo, soportando el
peso de la santidad.
       Váyase. No intente girar su cuerpo para regresar, y no venga a decirle a los
nadaístas que su viaje fue en el "navío ebrio".

Darío Lemos

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