Yo no salgo a la calle cuando hay luz.
Quiero solamente mi luminosidad.
Aquí
Como las tortugas duermo.
Soy mi templo.
Me elevo como un globo.
Tengo un gusto propio y el cabello que no quiero peinar.
Estos son los muros donde se pudren mis ojos,
se agrietan las costillas,
reboto como un balón
y voy perdiendo la vida,
desviviendo,
flagelándome.
Pero soy el dueño de mi infierno.
El rey de mi reino.
Aunque todas esas culebras suban a lamer la úlcera,
la gangrena también es sólo mía.
En estas murallas se cae mi piel
todas las flores me colorean
y son negras
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